Tuesday, September 19, 2006

Viene (dudoso)

Rosa lo escuchó perfectamente. Lo oyó con claridad, desde los pastizales, y pareció como si el grito hubiera trazado un sendero entre estos, desde la nada hasta sus oídos, y luego se hubiera transformado en un murmullo, que ahora la incitaba a buscarlo.
Rosa lo oyó, y fue como si le surcaran el cuerpo con cuchillos fríos.
Por eso se escondió. Allí, en el pequeño cuarto donde se guardan las herramientas. En esa suerte de casucha con olor a ratas envejeciendo.
Sólo debía esperar. Observó con detenimiento las conocidas paredes. Las recorrió con la vista, como si acariciara las rugosidades, y pronto ya no hubo nada que ver. Incluso los pliegues de su vestido de seda le resultaron inocuos, y entonces sólo quedó un objeto en la habitación capaz de cautivarla el tiempo suficiente. Como al descuido, su mirada recayó sobre sus guantes negros. Rosa comenzó a jugar con ellos, como amenazando desprender las correas que ajustaban el cuero a sus muñecas. Imaginó el espectáculo que escondían, y se estremeció con una risita. Palpó las cicatrices, la piel blanda (eternamente blanda) de la punta de los dedos, y el dolor acarició el borde de su cordura. Pudo sentir como se humedecía el interior, y cuando estuvo a punto de sucumbir al deseo de morderse, percibió como el sonido del exterior volvía, suavemente.
Al salir, un par de hojas secas le golpearon el rostro. Todo hasta donde se podía ver había tomado un tono amarillento, y el viento que jugaba con sus cabellos era definitivamente otoñal...
Quizás algún día lo esperaría. Le vería el rostro, y seguro pensaría en besarlo. Posiblemente se llevaran bien, y Rosa, una vez desinhibida, le mostraría incluso lo que sus guantes esconden. Se sonrió. A lo lejos, se perdía el eco de un lamento, plagado de colores tenues...

4 Comments:

Blogger María (Letras) said...

Mm... bueno... ya te lo he dicho, pero es una lástima que ella se llame Rosa. Aunque ya me acostumbré un poco.
De todas maneras, cambió un poco desde la vez que me lo mostraste. Tal vez sea yo, pero me da la impresión de que una idea fundamental mutó un poco. O quizás es que, simplemente, le faltaba el final.

7:09 AM  
Blogger BelunaL said...

¿Nadie puede decir un comentario que me ayude? A mí me gusta el nombre Rosa para los cuentos. Me gusta tu relato, Niño en Terapia Intensiva, es bastante extraño pero muy bueno y a mí me da para pensar distintas cosas.

No te olvides de comentar en mi blog. Está la primera historia mía en los primeros artículos pero sólo los primeros 3 capítulos. Saludos y suerte

4:29 AM  
Anonymous Anonymous said...

me gustó, pero sí, es una´lástima que se llame Rosa, no sé, me parece raro... pero si lo pienso le queda bien, después de todo, por qué tiene que tener otro nombre?
algún día vas a publicar el de Natalia? (se llamaba así?)

8:46 AM  
Blogger Marilyna said...

es oscuro y tentador

12:41 PM  

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